La Ganadería Landetxe se fundó como tal en 1984 aunque la supervivencia gracias al ganado data desde 1810, cuando los tatarabuelos de David Sáez de Cámara Aguirre por parte de su madre, se establecían en el suelo fértil en los alrededores del Parque Natural del Gorbea. Las casas iniciales de la ganadería que todavía perduran, también fueron construidas en esas fechas dando un aspecto longevo al núcleo de la ganadería. Conforme ha ido pasando el tiempo y el negocio ha ido creciendo se han ido construyendo establos adosados a las construcciones principales. Los padres de uno de los dos actuales socios, Jesutxo y Nico, David Saez de Cámara, comenzaron por separado con un pequeño grupo de animales, 8 vacas y 6 novillas en Ondategi, y con un también reducido grupo de cerdos su madre, con mucha suerte con su cría, en San Pedro.
En el año 1962 los padres de David, Jesutxo y Nico, se unen en San Pedro y se dedican exclusivamente al ganado vacuno apoyándose en la recría para la sostenibilidad de la ganadería. Es en estos tiempos cuando había que sacar la leche a la carretera principal del pueblo para que se la llevasen los lecheros, pero no satisfechos sólo con esto, Jesutxo comenzó a venderla a Vitoria y a los pueblos colindantes. Ya en 1984 gracias a la mejora en la efectividad de la recría, la ganadería contaba con 50 cabezas entre vacas y novillas. Es también en 1984 cuando se funda la Sociedad Landetxe como tal, contando con tres socios, Jesutxo Sáez de Cámara, Pedro María Ruiz de Erentxun y Julian Barreña. Hasta el momento presente gracias a la tenacidad, trabajo duro y constante, y el saber hacer de Jesutxo, la Ganadería Landetxe cuenta ahora con un total de 200 cabezas entre vacas y novillos.
La producción láctea también ha tenido un importante avance ya sea por la cantidad de vacas como por la mejora e innovación de las técnicas empleadas. En el período 1962-1970 se obtenían ya 25 litros por vaca y año, y con los adelantos incluidos, se ha conseguido llegar a la cuantía actual de 3000-4000 litros diarios de producción de leche. En el año 1970 se comienza también a inseminar artificialmente a las reses con lo que se consigue una importante mejora genética que aumenta la producción y la calidad de la leche.
Dentro de las técnicas innovadoras empleadas cabe destacar la de los collares de control del estado de las reses, tecnología traída de Holanda y que se ha estado aplicando durante 15 años. Con la ayuda de este collar, dotado de un detector de aceleración que mide la actividad física de las vacas y de un micrófono integrado que al mismo tiempo registra la actividad ruminal de los músculos mandibulares, se obtienen datos muy detallados del la vaca. Estas informaciones son transferidas al programa de gestión mediante señales infrarrojas que analiza los datos y alerta al ganadero en caso de variaciones en la actividad ruminal. Se trata de una información muy útil sobre el comportamiento de las vacas y su salud. Una variación importante de tiempo de rumia, por ejemplo, indica un problema de salud de la vaca (por ejemplo: fiebre de leche, mamitis colibacilar, torsión de cuajar...), una disminución de la actividad, menos ordeños, una producción más baja, etc. Es un aviso temprano de las vacas que hay que tratar, para evitar más trabajo y más pérdidas económicas. Pero esta tecnología fue sustituida cuando se aumentó el número de reses, ya que el limitado tiempo durante el cual el animal tenía para comer estando con el collar hacía imposible la rotación de todas ellas sin un aumento del número de collares, y por tanto una inversión no interesante para la estrategía seguida por las cabezas pensantes de la Ganadería Landetxe. Este método fue sustituido entonces por el actualmente utilizado UNIFID, que se basa en la alimentación por pienso compuesto, hierba, y silo, dado en dos veces al día haciendo que las reses tengan más tiempo para comer y por tanto se puedan tener más vacas.
Dentro del proceso de producción de leche es muy importante que la vaca coma cuanto antes para que comience a producir mediante el proceso de rumiado. También es necesario que a la vaca no se le desfasen las horas de comida y de ordeño, ya que una falta de control de esos tiempos significaría la perdida de leche porque la capacidad de la ubre llegue a su máximo. Así mismo si se le se adelanta la hora de ordeño, la cantidad de leche recogida no será la máxima posible y por tanto la vaca deja de ser tan rentable. La leche sale de la vaca a 33 grados y dura 10 horas como mucho hasta que se fermenta a temperatura ambiente. Es por eso que se almacena en tanques de 6500 litros mantenida a 2 grados para matar las bacterías y alargar su duración. En la Ganadería Landetxe la leche no es pasteurizada ahora mismo, ya que hasta el momento la estrategía de negocio es venderla a las grandes compañías de venta de leche como Kaiku.
En cuanto a la reproducción del ganado, es muy interesante observar con atención a las reses día a día, ya que es cuando la vaca está nerviosa y no da leche cuando está en tiempo de celo. La vaca que pare, a los tres meses de haber parido debe quedar preñada de nuevo, y a los 7 meses dando leche hay que dejarla de ordeñar, lo que implica 300 días en producción al año.
Muy importante destacar en los tiempos que corren en que la velocidad es un factor clave en nuestras vidas, que hace años una vaca, produciendo eso si, menos, vivía unos 14 años y actualmente tan sólo de 6 a 8 años.
Las Visitas a la Ganadería Landetxe en San Pedro se pueden organizar ,a través del contacto con nosotros o viendo la página de Visitantes.
Fundada en 1984 en un suelo fértil en los márgenes del Parque Natural del Gorbea. Tenemos numerosos reconocimientos.
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